Las primeras piezas de la serie elevaciones, que se remontan al año 2019, eran esculturas que surgían del suelo, normalmente con una base que permitía su giro; en el año 2021 produje la primera elevación suspendida.
Cuando proyecto una nueva escultura, me rodeo de elementos para construirla que previamente he elaborado. Corto piezas semicurvas de diversas dimensiones y empiezo a componer y a unir desde la primera, buscando formas expansivas o más cerradas y elípticas.
Para mí, son piezas que poseen un alto componente energético en sí mismas, ya que las pinto, lijo y bruño para conseguir las texturas adecuadas; esto implica que mis manos las tocan y presionan numerosas veces en esa etapa final de bruñido, estableciendo una relación muy fuerte con el material.
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